Estoy a las puertas de tu reino acá en la tierra,
presentándose los ángeles tocando sus trompetas.
Veo el cielo abrirse y dejar pasar tus brazos de luz,
sabiendo que he de confiar en ti, cuando veo el manto azul.
Te pido que no me abandones y dame un lugar,
a la hora que trabaje por la buena fe y tu bondad.
Aceptaré tu designios pensando en lo mejor,
esperando ser digno de compartir el honor,
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